Hoy la revista Ñ habla de Jorge, mi amigo del alma, más conocido como Mario Levrero. Las notas están ilustradas con algunas de las fotos que le saqué en febrero de 1991, en Colonia del Sacramento. En ese momento Jorge tenía 51 años. Estaba escribiendo lo que luego sería
El discurso vacío.
Hay más fotos de ese momento
acá, en mi blog.