En junio de 1964, cuando cumplí diez años, mis padres me regalaron mi primer tocadiscos. Enseguida les pregunté: ¿puedo tener un disco de los Beatles? Era algo un poco audaz: música moderna, en inglés, de esos flequilludos... No calzaba demasiado bien en la vida cotidiana. Para mi sorpresa, me dijeron que sí. Entonces les pedí plata y fui corriendo a Discobán (la disquería del centro de Ramos Mejía) a comprar esto:
Lado A: Quiero tener tu mano (I want to hold your hand)
Lado B: Este muchacho (This boy)
(Click para ver las imágenes muchísimo más grandes.)
No sabía el nombre de la canción que quería, así que se la canté al vendedor. Todavía me da vergüenza contarlo: sin saber una palabra de inglés, imitaba la letra lo mejor que podía. Igual, no hubo mayor problema para que el vendedor la encontrara.
Con el tiempo compré unos cuantos simples más, además de los longplays, a medida que iban saliendo. Los conservo todos, y los estoy escaneando para mostrarlos aquí.
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