5/1/12

El cursor, víctima de los campos minados

Estoy harto de las páginas Web en las que uno no sabe dónde poner el cursor porque por todas partes se despliegan cosas, se disparan audios, se agrandan publicidades.
La cuestión es peor cuando uno ve un video y, por lo tanto, la página en general pierde el foco: después hay que hacer click en algún lado para recuperarlo, pero ¿dónde? Uno busca ese pixel libre que queda entre dos avisos, o entre la barra de scroll y la última columna de cosas que se mueven.
Cuando aparece una página tranquila, con espacios vacíos, el alivio es físico, se siente desde el estómago.
¿Será posible que den más plata las páginas inundadas de publicidad agresiva, animada, que se agranda y achica en la pantalla? Y si dan más plata, ¿hasta cuándo va a durar eso? ¡Porque hasta el sitio del banco considera que me tiene que distraer con gifs animados a un paso de donde tengo que poner el monto de una transferencia!
El colmo es cuando el propio contenido toma esa actitud agresiva, se modifica al pasar uno el cursor por arriba. O no, el colmo es cuando un aviso, que se superpone a lo que quiero leer, tiene esa X para cerrarlo pero la X no funciona, no cierra, no exit, no way out, y el aviso se queda todo el tiempo que quiere hasta que supone que mis ojos no tuvieron otro remedio que mirarlo y entonces sí, se desplaza para dejarme ver el texto infame, mentiroso, mal escrito que hay abajo.

2 comentarios:

Juan Carlos Celorio dijo...

Buena reflexión, comparto lo que con tanto ingenio cuentas.

José A. García dijo...

Eso mismo, no hay nada peor que estar navegando a las 2am en solitario entre los blog y caer de casualidad en uno musicalizado y que el sonido comience de golpe.

Bueno, si, peor es que te tiren el humo del cigarrillo en la cara, pero me parece que no aplica en este caso...

Saludos

J.