La playa es tan horizontal que entre una marea y otra el mar avanza y retrocede tal vez doscientos metros, aunque el nivel del agua no cambie tanto.
Seis horas antes, en el espacio que muestra la foto no había una gota de agua marina.
El sol, a mi espalda.
Sombra en la espuma.
Para esto es el terraplén.
El viento despeina la ola. (Esta foto es ahora mi fondo de pantalla.)
Como si no hubiera nadie en ninguna parte.
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