Uno llega donde suele estar el mar, pero el mar se fue para allá donde señalan las nubes.
Mirando al sur: la Punta del Marqués.
Mirando al norte: el cerro que esconde a Comodoro Rivadavia.
En medio de Rada Tilly, frente a la playa, hace el ridículo el único edificio alto del lugar.
¿Vale jugar con el color?
¿Vale jugar con las nubes?
Cuando despertó, la Punta del Marqués seguía estando allí.
La playa llega hasta la punta de mis pies.
No son solo estas dos. Todas las aves apuntan en la misma dirección.
Piedra libre a Comodoro, allá atrás.
¿Todo lo que sube tiene que bajar?
Estaba a punto de levantar vuelo.
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